Todo es de 10 desde la recogida, a la hora en el lugar acordado y directos al paraíso. En todo momento te sientes como si estuvieras en casa, la finca está realmente muy bien cuidada, la habitación limpia y exactamente igual que en las fotos. Tienes varias actividades para hacer como kayak, snorkel, paddle surf o una gincana por la finca, nosotros la hicimos junto a Naya, una simpática perra de la familia que lleva el hotel. Ellos son otra parte importante de la experiencia, Cristophe y Marie, junto a sus hijos, consiguen que todo sea perfecto… mención especial a la comida de Marie, insuperable! Muchas gracias por todo, ojalá podamos repetir algún día!… Ah! no hay que perderse el baño nocturno para ver el plancton luminiscente.

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